Relato Tehuelche de la creación del mundo por las lágrimas de Kóoch (Dios)
En tiempos muy, muy lejanos, tanto que no se pueden ni medir ni contar, en el mundo sólo existian dos cosas: Kóoch, que siempre estuvo, y una oscuridad total y densa, que no dejaba que las cosas fueran. Y tanto tiempo pasó Kóoch en esas tinieblas insondables, silenciosas y absorbentes, y eran tales su soledad y su pena, que una vez empezó a llorar. Lloraba con un llanto profundo, sincero y interminable, y tanto tiempo y tanto lloró que sus lágrimas formaron el Arrok, el Mar Amargo de las tormentas y las desazones.
Pero luego, aun en medio de la impenetrable negrura y soledad de su existencia, pudo advertir el constante crecer del agua vertida por sus ojos y entonces suspiró, creando así a Xóchem, el viento, que inmediatamente comenzó a correr, alocado, arrastrando consigo las tinieblas t preparando el camino para la llegada de la luz. Así fue como apareció la claridad, que restauró en Kóoch la alegría y lo alentó a seguir creando...
Las penas del corazón de Antü, el Padre Sol, por no alcanzar a Kuyén*, la Luna
Nuestro Padre Sol sofre mucho por no poder alcanzar a Kuyén, la Luna, su mujer, aunque la persigue sin desfallecer y le hace señas para que se detenga en su loca carrera. Antü padece más aun porque quisiera echarle en cara esa benevolencia y amabilidad que ella muestra hacia la tierra, los astros, las nubes y las aguas.
Todos éstos la quieren como a una madre y la ayudan a huir y a ocultarse cuando el Padre SOl trata de alcanzarla. De todas las cosas de la Luna, la más insufrible para Antü es que su esposa se crea com derecho de dar órdenes: ella hace ir hacia arriba a las nubes, entonces la tierra tiene muy buen tiempo; si les ordena ir hacia abajo, llueve, nieva o cae granizo. Lo mismo sucede con las aguas, o sea la patria de Kuyén, porque ella es hija de los lagos, como Antü es hijo de las montañas.
Nadie la desobedece y todos la ayudan cuendo se oculta. A veces, se esconde en el bosque y allí los indios suelen encontrar pedacitos de oro. Ese oro proviene de la túnica de Kuyén, que la usa para excitar a su esposo. Lo seduce y l oatrae, mientras ella sabe que no la alcanzará, sabiéndose velada por el día. Cuendo Antü quiere asirla, Kuyén, retrocede sorriente y le muestra su rosto manchado y su ojo amoratado, fruto de un golpe que le propinó aquel día en que la encontró dormida y la mapu, la tierra del hombre, no tuvo luz.
Los mapuches saben que Antü y Kuyén, se casaron en el sitio donde termina la tierra y que ambos corren eternamente hacia ese lugar, pero nunca se encuentran. Por ello el corazón del Sol sufre violentas sacudidas, tan fuertes que fueron vista y oídas por los antigos. La mapu sufre por esta enemistad y ha intentado reconciliarlos, sin éxito.
Dicen que Kuyén no se reconciliará con su esposo mientras no hayan desaparecido las manchas de su rosto y su ojo amoratado. Mientras tantos, seguirá su camino serenamente, impidiendo que los cuatro vientos destructores soplen con demasiada furia sobre la tierra. Porque Kuyén convierte en caricias todo cuanto deshace Antü en sus arrebatos de cólera.
*- Esta é das palavras que sofreu modificações ao ser reduzida a escrito (um dos argumentos dos mapuches contra a redução a escrito). Na verdade, apesar de surgir no livro como Kuyén (que se lê Kuchén), os miúdos garantem-me que é Keyén (lendo-se Kechén).
?Qué es más antiguo: la plata o el oro?
La plata más antigua, según sabían decir los viejos. cuando una vez rl padre Sol pegó a su domo, la madre luna, y la hizo caer, ella lloró lágrimas tan ardientes que se convirtieron en plata. Depués se fue y dejó solo a su marido. Cuendo él se quedó solo y comprendió su maldad, lloró también lágrimas calientes que se convirtieron en oro. Así que la plata es más antigua.
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